viernes, 25 de marzo de 2011

17- Soy un maldito egoísta

Habían pasado años desde la última vez que la vi, mi vida sin ella no tenía sentido alguno. Tenía que recuperarla fuera como fuera, seguiríamos el plan de los Cullen, me mudaría con ella y dejaría a mi familia de acogida para siempre si era necesario. Lo único que quería era estar con Lluna, no soportaba vivir más tiempo con este dolor. Intenté seguir con un estilo de vida más o menos digno, al estilo Jacob zombi, pero me fue imposible.

Llegué a su casa, todo estaba muy cambiado y su olor no estaba por ningún lado. Llamé a la puerta y contestó su padre diciéndome que ella ya no vivía allí, me dio su nueva dirección. Fui donde me dijo, era a las afueras de la ciudad, cerca de una iglesia antigua de piedra. Allí no había casa alguna, ni signos de que Lluna estuviera cerca. Volví a dar vueltas con el coche para ver si me había confundido, miré el mapa varias veces más y todas las veces volvía a parar al mismo sitio. Quizá su padre me había dado la dirección incorrecta, o tal vez no. En ese momento en mi cabeza se escuchó como se encendía un interruptor, entonces comprendí que estaba en el lugar correcto, no podía ser. Salí del coche y fui detrás de la iglesia, al cementerio. Las puertas estaban cerradas con un candado, lo rompí y entré dentro a buscar lo que no quería encontrar. Mi corazón iba a mil por hora igual que mi respiración. Leía todos los nombres de las lápidas, me estremecía con cada nombre que comenzaba por la letra L, al acabarlo de leer y ver que no era el suyo sentía pequeñas esperanzas. Busqué su nombre y, por suerte, no apareció por ningún lado. Me sentí aliviado, seguramente me habría confundido al mirar el mapa, lo volvería a mirar. Cuando iba a salir por la puerta del cementerio, me fijé en una lapida que no había visto antes, con pauso cauteloso me acerqué. Según avanzaba, mi respiración se iba volviendo más irregular y, mi corazón, igual que mi cuerpo, helado. Helado como el granito de la estatua del ángel de la lápida. No era un ángel cualquiera, era Lluna, mi ángel salvador en piedra; con las alas desplegadas y caídas, con la mirada triste perdida en el suelo y sujetándose con las manos el pecho. Mis piernas comenzaron a temblar y caí delante de la representación, leí la inscripción que había en el pie de la estatua; Lluna Fernández Puig, la fecha de nacimiento y la de defunción (meses después de que yo me fuera). Si no me hubiera ido ella posiblemente seguiría viva. No sabía de que había muerto; si por un accidente, una enfermedad… una voz en mi interior me dio la respuesta; murió de pena, de dolor y de odio, su corazón humano no pudo soportar tanta tristeza. Aunque quise que mi corazón muriera de pena y de dolor igual que el de ella, no lo conseguí, seguí allí debajo de Lluna convertida en ángel de piedra, sintiendo todo el daño que le hice. Sin saber cómo conseguí levantarme y abracé la figura fría y helada. Le miré a los ojos, no pude soportar su mirada triste y los cerré. Sus brazos se movieron y comenzó a zarandearme por los hombros, no sabía que estaba pasando, tampoco conseguía abrir los ojos. Un olor comenzó a quemarme la nariz y entonces fue cuando fui capaz de abrirlos y darme cuenta que sólo había sido una horrible pesadilla.

Bella era quien me zarandeaba por los hombros, la sensación de frío era por el cuerpo de Bella y no por la representación de Lluna. Me entró una crisis de histeria, empujé a Bella a un lado y la tiré al suelo, me levanté de la cama, quería olvidar de mi mente esa pesadilla. Todos los vampiros intentaron pararme el único que lo consiguió fue Emmet haciéndome un placaje y tirándome al suelo. Estaba a punto de entrar en fase para quitármelo de encima cuando Edward me cogió la cara con las dos manos.

- ¡Jacob, tranquilo, sólo ha sido una pesadilla, Lluna está bien, no le ha pasado nada, está viva!

Jasper se puso a nuestro lado, mandándome olas de tranquilidad que fueron poco a poco funcionando. Cuando comprendí que todo seguía igual que antes, que nada había cambiado, me calmé. Emmet se quitó de encima y todos los demás me dieron espacio para respirar. Edward me ayudó a levantarme ya que, del susto, no conseguía coordinar las piernas, después me acompañó de nuevo a mi habitación.

- Llevamos una hora intentándote despertar, Edward nos ha contado todo lo que has vivido en la pesadilla, tranquilo, no ha pasado nada de eso, sólo ha sido una pesadilla. – Me dijo Carlisle. – Si no te hubieras tomado toda la medicación de golpe, seguramente no habría pasado esto, no lo vuelvas hacer.

Después de que todos los vampiros me vieran más tranquilo, se fueron y me quedé a solas con Bella, que era con quién me apetecía estar. Lloré como ya era costumbre en el hombro de ella, le conté cómo había vivido la pesadilla.

- Jake, acostúmbrate a eso, va ser así a partir de ahora. – Me dijo cuando terminé de contarle la historia.

- ¿Siempre serán así de intensas? – Le pregunté, ella tenía experiencia en esto cuando se marcho Edward. No hizo falta que me contestara, sabía cuál era la respuesta.

Después que pasara un rato comenzamos a empaquetar las cosas de mi cuarto. Más tarde, cuando estábamos terminando, entró Alice y me dio una bolsa.

- Me gustaría entregársela a Lluna, pero no puedo salir, hace sol.

Miré dentro de la bolsa y estaban las ropas que ayer llevaba puesta Lluna. Aunque me gustaría dárselas; no por devolverle algo que es suyo, sino por verla de nuevo y asegurarme de que Lluna estaba bien y que lo que había vivido hace unas horas sólo fue una pesadilla, no sabía si luego iba a ser capaz de poder regresar de nuevo a casa. ¡Click! se encendió de nuevo el interruptor. Dejé las cajas que estaba cerrando y me puse en pié.

- ¿Qué pasa Jacob?- Dijo Bella alarmada por mi nerviosismo.

- Lluna no puede volver a casa, no tiene coche, la he llevado esta mañana a trabajar.

- Quizá ha llamado a alguien para que la vaya a recoger. –Me contestó Bella tranquilizándome.

- O puede ser que no. – Dijo Alice, haciéndose la interesante.

- Dime qué pasa Alice. – Le dije amenazante, creo que me pase un poco porque reculó asustada.

- No he podido averiguar mucho, pero no me gusta lo que he visto.

No hizo falta que me dijera nada más, salí disparado por la puerta, Alice me paró antes de entrar al garaje.

- Te olvidas de la bolsa, dile que le doy las que le he prestado hoy, será como un regalo para que se acuerde de mí.

Me metí en el coche y salí a toda prisa, era muy tarde y Lluna no tardaría en salir de trabajar. Suerte que Rosalie había hecho la revisión al coche, porque no creo que hubiera aguantado estas velocidades. Aunque me repateaba, debía de reconocer que Rosalie era toda una experta en el mundo del motor.

Llegué en la mitad de tiempo al trabajo de Lluna, pero era tarde y ella ya había salido, seguí su olor que todavía estaba presente en el ambiente hasta ella. Estaba sentada en un banco, su piel estaba más pálida que esta mañana. Bajé del coche y fui a su lado, tuve que obligarme a no salir corriendo en busca de su contacto. Su semblante demacrado me dio grima, su mirada estaba triste, perdida, todo era por mi culpa.

- ¿Cómo te encuentras?, ¿has vuelto a vomitar o marearte?

- No – No le creí, parecía que en cualquier momento iba a desplomarse.

- ¿Estás esperando a alguien? – Le pregunté, quizá había llamado algún conocido para que fuera a buscarla.

- Estoy esperando el autobús para irme a casa. -¿Qué?, ¿Ella sola?, no podía consentir eso.

- Ven, sube, te llevo a casa. No estás en condiciones para esperar aquí sola.

Le abrí la puerta, entré en el coche, le di la bolsa con la ropa y el mensaje que me dio Alice, después conduje en dirección a su casa. En el trayecto no fui capaz de mirarla ni una sola vez, sabía que si lo hacía no iba a ser capaz de alejarme de ella de nuevo. En mi mente metí el mensaje de que sólo la llevaba a casa y me aseguraba de que llegara bien. Lluna fue quién rompió el silencio, música para mis oídos.

- ¿Podrías hacerme un favor? Antes de entrar en mi pueblo hay un mirador, me gustaría que te pararas un momento allí. – Me dijo en súplica, no pude negarme.

Seguí conduciendo y paré dónde había un cartel que indicaba mirador del Fitu. Bajamos del coche, me paré cuando vi que Lluna iba en por el camino contrario.

- Lluna, el mirador está en la otra dirección.

- Te he dicho que te pararas en el mirador, no que fuéramos allí. – Vi en sus labios una sonrisa, la cual hizo que mi corazón latiera de alegría por unos instantes.

Lluna comenzó adentrarse por el bosque, caminaba con prisa, yo la seguí. No tenía ni idea donde me llevaba, iba a preguntarle pero ella resbaló y casi cae al suelo, por suerte, pude sujetarla antes que callera en las afiladas piedras. Hice este gesto por reflejo, estaba esperando que ella rechazara el contacto como esta mañana, no quería que sucediera lo mismo, no quería sentir todo su odio hacia mí, no creo que lo pudiera soportar de nuevo mi corazón.

- Te puedes caer, dame la mano. – Le dije, ella aceptó y entrelazó nuestras manos.

Continuamos andando cogidos de la mano, en ningún momento comentó nada de nuestro agarre, a ella parecía no molestarle. Este simple roce hizo que de nuevo mi corazón brincara de alegría, de felicidad, haciéndose ilusiones imposibles.

Llegamos a un pequeño descampado al borde de un acantilado, me soltó la mano; se alejó sólo unos pasos pero yo sentí como si nos separaran kilómetros. Fue a sacar una esterilla que había entre medio de unas rocas, después la extendió en el suelo, no entendía nada.

- ¿Qué hacemos aquí Lluna?

- Esta mañana no me gustó cómo nos despedimos. Ya que nunca más nos vamos a volver a ver, me gustaría guardar un buen recuerdo de ti. –Dijo cayéndole lágrimas de dolor. Quise hablar, decirle cualquier cosa, pero sus lágrimas de tristeza se clavaron en mi pecho impidiéndome hablar. – Sólo quedémonos en silencio, sólo quiero eso, nada más, hasta que anochezca, por favor.

No pude negarme a eso, yo también deseaba estar más tiempo con ella; aunque sabía perfectamente que no debía hacerlo, después sería mucho más dura la despedida. Entrelacé nuestras manos y nos sentamos en la esterilla, todo mi ser suplicaba su contacto. Mandé mi conciencia lejos de aquí. Ahora, este momento, sólo sería nuestro, de nadie más. De regreso ya volvería hablar con mi conciencia y de los dilemas que me presentaba. Cuando quise darme cuenta estaba totalmente pegado a su cuerpo, tampoco me di cuenta que estaba llorando hasta que comenzaron a caerme lágrimas de las mejillas y se juntaban con las de Lluna. Quise secar su cara empapada de lágrimas, de nuestras lágrimas, pero temía que rechazara mi consuelo como esta mañana.

- Ahora viene la parte más bonita, cuando el sol comienza a esconderse. Si tenemos suerte podremos ver los rayos de sol iluminando el mar. –Dijo con la voz entrecortada, intentando animar la situación.

Miré el paisaje que hasta ahora no me había fijado. Era precioso, una pequeña pradera donde se podía visualizar todo el valle. Su vista humana no lo podía ver, pero yo ya estaba divisando el mar y como las olas rompían en las rocas. Parecía que no existiera nadie más, sólo ella y yo.

- Este lugar hace que te sientas insignificante en el mundo. – Le dije.

- Por eso me gusta venir aquí, hace ver las cosas más fáciles.

- ¿Incluso parar el tiempo?

- Ojalá. – Dijo suspirando, deseando tanto como yo de que esto se pudiera hacer realidad.

Su móvil comenzó a sonar, haciéndonos recordar que no estábamos solos en el mundo y que los problemas seguían existiendo. Era su madre, escuché la conversación, estaba muy preocupada y, aunque Lluna intentó recomponer su voz para no preocuparla más, no lo consiguió. Cuando descolgó, desconectó el móvil, así no volvería a molestarnos nadie, sólo existíamos nosotros dos. Lluna tenía la mirada perdida al horizonte, sus mejillas estaban empapadas de lágrimas. Moví la mano y sequé sus mejillas, mi cuerpo parecía no preguntar a mi mente y se movía a su propia voluntad. Esperé un desprecio por su parte que nunca llegó. Los últimos rallos de sol dejaron que memorizara este momento, yo también me llevaría un buen recuerdo de ella para toda la vida.

- Esto es precioso, Lluna, gracias por traerme aquí.

- Gracias a ti por querer venir, ahora siempre que vuelva recordaré este momento y te recodaré a ti. El recuerdo a veces será bueno y otros malo. Cuando piense en todos los momentos agradables que hemos pasado juntos, los recordaré con mucho amor pero, cuando venga a mi mente la despedida, la recordaré con tristeza. – Cuando nombró esto comenzó a llorar de nuevo, acaricié su cara recordándome que, aunque no iba a ser por mucho tiempo, todavía estaba aquí. – ¿Cómo me recordarás tu? – Me preguntó.

- No hará falta que te recuerde, tú siempre estarás presente en mi memoria en cualquier momento.

- Como una imprimación más. – Dijo apenada, Lluna se había creído mis mentiras. Ella estaba siendo totalmente sincera conmigo, yo le debía lo mismo por haberle hecho sufrir.

- Tonta, quítate eso de la cabeza, lo dijiste tú, no yo. Lluna, cuando te conocí, descubrí que nunca había estado enamorado, sólo lo he estado de ti. Con Nessie fue más como una relación de amistad muy fuerte, como la que mantengo con Bella. Quizá, si ella no se hubiera ido, podría haberme enamorado, no sé. – Recordé como había pasado mis últimos años de vida, mis últimos años de tristeza y dolor.

- Está anocheciendo.- Me dijo, avisándome que era la hora de despedirnos de nuevo.

- Sí, pero, hasta que no sea más tarde, no nos vamos. Los Cullen no pueden salir con la luz que hay. ¿Hasta que salgan las estrellas? – Me mentí a mí mismo. En realidad, si nos íbamos ahora, cuando llegara a casa ya sería de noche y nos podríamos marchar, pero no me sentía con las fuerzas suficientes para dejar a Lluna.

- Hasta que salgan las estrellas. – Me dijo entregándome una sonrisa.

Dejé mi espalda caer en la hierba, mi cuerpo se encontraba totalmente relajado al lado de Lluna, las heridas del corazón estaban sanándose por momentos. Se apoyó en mi pecho, yo dejé que mi mano se enredara en su precioso pelo. Con cada estrella que salía me sentía más atado a ella, tuve que buscar y sacar todas las energías y fuerzas para tomar la decisión que, era la hora de irnos, de despedirnos para siempre. Cuando de nuevo regresó la conciencia me puse en pie, ayudé a Lluna a levantarse. Recogió la esterilla y la guardó de donde la había sacado. Cuando regresó a mi lado la pegué toda a mi cuerpo que tanto la necesitaba. Miré sus preciosos ojos marrones que tanto me recordaron a los de Bella, era imposible que Lluna se sintiera igual que ella, tan triste, sola, llena de pena…

- Lluna, quiero que me seas sincera, ¿cómo has estado estos días que no he estado contigo?

- Mi cara creo que te dirá que no he pasado muchas horas de sueño, las que estaba despierta las pasaba la mayoría llorando.

- Pero tú eres fuerte, Lluna, eres una chica muy valiente que puede con todo.

- ¿Crees que no lo he intentado? Intenté seguir, aunque sabía que nunca volvería a ser la que era, a ser la Lluna que era cuando estaba contigo. Lo hice lo mejor que pude y, aún así, no lo conseguí, ni lo conseguiré. Sabía que no había solución, tú te habías ido para siempre, bueno, te irás, y nunca te volveré a ver. Aunque lo intento, no puedo, mi cuerpo no me deja. Estar lejos de ti hace que toda mi piel esté helada, igual que mi corazón. El dolor que siento en el pecho es tan intenso que me dificulta la respiración. He intentado luchar por mí, por mi familia, por mis amigos y amigas, y no puedo Jacob, te juró que lo intenté y no puedo. Lo único que conseguía era acordarme de ti y, eso, no es nada bueno para mi corazón si tú no estás presente. – Bella tenía razón, Lluna lo estaba pasando tan mal como yo en nuestro distanciamiento.

- ¿Que sientes en el corazón? – Su mirada me recordó a la estatua de la pesadilla, tuve que poner mi mano en su pecho para sentir los latidos y verificar que no era el ángel de piedra.

- Ahora que estás aquí, nada, sólo un corazón latiendo lleno de felicidad, amor y calidez que inunda todo mi cuerpo. Pero, cuando de nuevo te separes, volveré a sentir lo mismo; vacío y frío. Las mismas punzadas clavándose, haciéndome estremecer, impidiéndome respirar… -Lluna cerró los ojos al acordarse de todo el dolor.

Me estremecí al saber que ella sentía lo mismo que yo. Sabía que su cuerpo humano no podría resistir mucho tiempo ese dolor, la pesadilla se haría realidad sino hacía algo para solucionar esto y, aunque una pequeña parte de mi consciencia me decía que debía separarme de Lluna por su seguridad, la otra le gritaba haciéndole callar, diciéndome que la única solución que había para que Lluna no sufriera era quedándome a su lado.

- Siento mucho haberte hecho pasar por eso. – Quité las manos de su pecho y la sujeté por los hombros, acercándola más a mi cuerpo.- Voy a odiarme siempre por eso y por ser un maldito egoísta.

Lluna comenzó a respirar muy fuerte, abrió los ojos, pude ver mi felicidad y esperanza reflejado en los suyos. Fue a decir algo, no le dejé, ahora que no me iba a separar de su lado jamás, besé sus labios que tanto anhelaba y deseaba. Nos besamos con amor, pasión, deseo, lujuria, pero sobretodo fue con desesperación. Nuestros cuerpos demandaban todos los besos y caricias que no nos dimos estos días que estuvimos separados y negamos estas últimas horas. Lluna se cogió a mi cuello, poniéndose de puntillas para llegar mejor a mis labios. La cogí por las caderas y enredé sus piernas en mi cintura, la sujeté por la espalda, pegándola toda a mi pecho, sintiendo los rápidos y vivos latidos de su corazón junto con los míos.

Lluna comenzó a llorar, sus lloros fueron tan fuertes que tuvo que dejar de besar mis labios. Desenredó las piernas de mi cintura y bajó al suelo dándome la espalda, su respiración era entrecortada, se abrazó con los brazos el pecho. Cuando quise girarla para mirarla y preguntarle que le pasaba, despreció mi contacto y me encaró. Las piernas comenzaron a flaquearme cuando sentí todo el dolor y odio hacia mí en su mirada.

- ¿Porqué me haces esto?, ¡deja ya de hacerme daño!, -el dolor que sentí por sus palabras me dejaron sin habla, Lluna se había creído todas mis mentiras, me odiaba por todo el dolor que le había hecho pasar. -¡no hace falta que me mientas para luego irte de nuevo!

- ¡No me voy a ir!-Le cogí por los brazos que se resistían a ser sujetos- Si me quieres, no me iré de tu lado jamás. – Al oír esto dejó de retorcerse.

- ¿Cómo sé qué no me estás mintiendo? – Me preguntó con los ojos cerrados mientras caían lágrimas por su cara.

- Porque te amo, porque no podemos vivir separados, porque sin ti no soy nada, eres quién hace qué me sienta vivo. El dolor que sentimos al no estar juntos nos está matando, no puedo permitir eso.

- ¿Qué hay de los Vulturis? –Preguntó cerrando fuertemente los parpados.

- Si tú quieres, seguiremos el plan de los Cullen, es arriesgado, pero moveré cielo y tierra, lucharé con mi vida para que no te hagan daño. Todo lo que quieras para que seas feliz junto a mí.

- Estás mintiéndome. – Dijo derrumbándose en mis brazos, la sujeté en mi pecho como si fuera un bebe.

- Lluna, no te miento, por favor mírame y sabrás que todo lo que te estoy diciendo es cierto.

Abrió lentamente los ojos encontrándose con mi mirada. Con su mano limpió las lágrimas que no sabía que estaban bañándome el rostro. Lentamente, acercó sus labios a los míos y los besó con cautela.

- Te quiero Lluna. –Al decirle esto creyó del todo mis palabras y nos fundimos en un beso que juraba amor eterno. Sus besos curaron del todo mi corazón, cosiendo herida por herida.

Era muy tarde, aunque no quería irme de este lugar que era sólo nuestro, los padres de Lluna y toda la familia Cullen estarían muy preocupadas e impacientes por nuestro retraso. Me separé de sus labios y suspiré, no hizo falta que le explicara nada, dejó la cabeza apoyada en mi pecho y comencé andar. En el trayecto, Lluna se había quedado dormida, la dejé sentada en el asiento y puse rumbo a su casa. Cuando llegamos, la volví a coger en brazos, no quería despertarla, piqué al timbre. Su padre abrió la puerta, pude observar toda su preocupación cuando puso los ojos en su hija.

- Está bien, se ha quedado dormida y no he querido despertarla. – Le dije en voz baja.

Fue a decirme algo acompañado de un dedo acusatorio pero la madre de Lluna le hizo callar. Paloma me guió hasta la habitación de Lluna, fui seguido en todo momento por Manuel que me enviaba miradas llenas de desprecio, “si las miradas mataran…”

Llegamos a la habitación, Paloma entró y destapó la cama; la tumbé en la cama, le quité los zapatos, la arropé con el edredón y le di un beso en los labios deseándole buenas noches.

- Si se despierta, díganle que mañana a primera hora pasaré a buscarla para acompañarla al trabajo. –Le dije a Paloma, su padre dudaba que me quisiera escuchar.

- Creo que preferirá que se lo digas tú. A nosotros no nos creerá. – Me dijo su madre.

- Será mejor que no la despierte, hace días que no duerme bien. – Le contestó Manuel a su mujer.

- Pues entonces que se lo diga él si se despierta, buenas noches Jackson. – Dijo su madre y cerró la puerta dejando a Manuel con las palabras en la boca.

Me quedé parado, me acababan de dar permiso para que me quedara a dormir, bueno, en realidad, sólo su madre fue la que consintió que me quedara, pero con eso ya me bastaba.

Fui al rincón más apartado de su habitación y llamé a Bella. Antes de que terminara el primer toque cogió el teléfono.

- ¿Va todo bien Jacob?- Preguntó alarmada.

- Todo genial. –Se comenzaron a escuchar gritos de felicidad al fondo. –Me quedo en casa de Lluna a dormir, mañana hablamos. – colgué con los gritos de alegría de Bella y toda la familia Cullen.

Me quité las deportivas y me tumbé al lado de Lluna, como un imán se pegó a mi cuerpo, haciéndome presa con sus brazos y piernas. Me sentía tan bien, tan feliz de estar de nuevo con Lluna que me olvidé por completo del dolor que había sentido al estar separado de ella y el motivo por el cual nos habíamos tenido que distanciar. Estaba tan relajado que no tardé en unirme a sus sueños.
----
--
-



¡HOLA, HOLA! Espero que les haya gustado el desenlace de esta parte de la historia. La historia en si no acaba más que empezar. Primero de todo dar las gracias a todas aquellas que habéis dejado comentarios que tanto me gustan y me alegran el día. Para mostrar mi agradecimiento quisiera implicaros decidiendo, es decir, hay dos opciones, votaréis y la opción ganadora será la elegida. Sigo explicando: cuando hice estos últimos capítulos seguí el mismo patrón que siempre; primero explicaba Lluna y luego el POV Jacob, pero, a la hora de publicarlos los hice diferentes (Primero Lluna, luego Jacob y desenlace Jacob). LA cuestión es que ahora me queda el desenlace explicado por Lluna suelto y no sé qué hacer, por eso quiero implicaros decidiendo lo que más os guste. Las dos opciones son las siguientes.


OPCIÓN A: El Viernes que viene publico desenlace explicado por Lluna (me quedó muy bonito XD)


OPCIÓN B: El Viernes que viene publico la continuación de la historia (que ya será explicada por LLuna)

Pues ahí lo dejo, a decisión vuestra, es que no tengo ni idea. A mí me gustaría publicar el desenlace explicado por Lluna, pero no quiero que se os haga pesada la historia. Porque quizá penséis – esto ya lo he leído antes, ya sé lo que pasa, me aburro…- (yo creo que no es así porque cada uno lo ve de una manera diferente) Pero lo que yo crea o no crea ahora no importa, lo que me importa es saber qué queréis leer vosotras.


No puedo dejar un avance del próximo capítulo porque hasta que no votéis no se cual voy a publicar. A mitad de la semana que viene dejaré el avance de la opción ganadora.


¡Vaya parrafada he metido! Puffff!!!!! Me tenéis que parar los pies (bueno, las manos) que comienzo a enrollarme y no paro.


Gracias por todo, de verdad os quiero un montón. Un BeSazo enorme. Áuryn

4 comentarios:

  1. qe precioso este capi!!!!!nena me encanto y yop voto por B porqe estoy tan ansiosa qe no puedo esperar jajajaja!!! peo sip decidis publicar la opcion A taem me voy a pasar a leert porqe sos lo mas escribiendo!!Besotes!!!qe tengas un lindo finde!!!

    ResponderEliminar
  2. hola wapa!
    aaaa!! que capítulo!! madre mia!! si esq al final toda acaba bien (o al menos de momento) xDxD
    quedó genial la reconciliación de jacob y lluna, me gustó mucho, y me imagine que yo era lluna y.. woow!! *.*
    bueno.. ya no me enrollo mas jajajja
    a mi me gustaría la opción A, porq aunq quiero de verdad de la buena saber lo que pasa a partir de ahora, tambien quiero saber como se sintió lluna al tener de nuevo a jacob entre sus brazos =D
    espero q pases un feliz fin de semana! el mio va a ser genial, mañana me vy a barcelona a un concierto, Camila, nose si conoces al grupo.. pero esq me encanta su musica, me inspira mucho a la hora de escribir xDxDxD
    Un beso muy grande!!! T'estimuuuuuuuuuuu

    PD: en un rato publico "YoEraElSol.." ;D

    ResponderEliminar
  3. El capi esta genial, como siempre. me ha encantado, fascinado.Yo opto por la opcion b. quiero seguir la historia, me encanta,sus personajes, todo.

    Saludis vampi

    ResponderEliminar
  4. mi opinion es que subas la opcion b y abisarte que tienes premio en mi blog besos

    ResponderEliminar