viernes, 11 de marzo de 2011

15. Reencuentro

Llevábamos una hora metidos en el coche. Edward conducía por la autovía velozmente, decía que el tiempo jugaba en nuestra contra, cuanto más tiempo tardáramos en llegar, Jacob estaría más convencido a marcharse lejos de mí.
El plan de la familia Cullen era el siguiente: Alice estaría vigilando las decisiones de los Vulturis; cuando pensaran hacer una visita a la familia para controlar si cumplían con las normas, yo permanecería lejos de Jacob y de toda la familia Cullen hasta que los Vulturis regresaran a Volterra e informaran que los Cullen cumplían las reglas. Esta idea no le agradaba a Jacob ya que había un inconveniente: si en la visita de los Vulturis venía Aro, con sólo tocar la mano de alguien sabría de mi relación con Jacob y la familia Cullen y, además, que ellos me han revelado la verdad de su existencia. Este último punto era el que tenía que discutir con Jacob. Bella y Edward le habían hablado del plan, pero él no lo aceptaba, les dijo que era exponerme en peligro y que era un riesgo que no iba aceptar.

Aunque Bella me dijo que Aro nunca sale de Volterra a no ser que sea por un motivo realmente necesario, a mí, tampoco me gustaba el plan de la familia Cullen. Si algo salía mal, no sólo yo me hallaría en peligro, pondría en riesgo la vida de Jacob y todos los Cullen.

Edward condujo el coche hasta un área de descanso y aparcó. Miré por la ventanilla a ver si veía el coche de Jacob, pero no estaba por ningún lado.

- ¿Dónde está Jacob? – Les pregunté.

- Detrás de este bosque hay unas montañas. Jacob está por ellas a unos 30 km aproximadamente. – Contestó Edward. Podía ver el bosque pero era una noche muy oscura y no conseguía ver las montañas.

- ¿Cómo y porqué está Jacob allí?

- Ha llegado a cuatro patas, bueno, en realidad, arrastrándose. Está intentado alejarse lo máximo de ti posible y, hasta ahí, es dónde ha conseguido llegar.

Bella salió del coche y sacó del maletero una chaqueta, abrió la puerta trasera del coche donde me encontraba y me la entrego.

- Lluna, no podemos perder más tiempo. Tenemos que ir a buscar a Jacob, ponte este anorak. – Me dijo Bella. Salí del coche y me puse la chaqueta tal y como me dijo.
–Edward, voy delante buscando a Jacob, sigue mi rastro, nos vemos ahora- Dijo nerviosa, le dio un beso fugaz a Edward y desapareció de mi vista.
- ¿Tenemos que ir andando?- Era de noche y no veía más de donde iluminaban las luces del parking.

- Tranquila, yo te guío una parte, de la otra ya me encargo yo de andar. – Me dio una sonrisa de medio lado que me dejó aturdida.

Todavía no había logrado salir de mi confusión, cuando Edward me cogió por el codo y empezó a guiarme por el bosque que teníamos enfrente. Era una noche negra, no había rastro ni de luna ni de estrellas, las nubes la cubrían. Caminamos a oscuras unos metros, hasta donde llegaban el reflejo de las luces de la carretera, metiéndonos en la negrura de la arboleda nocturna. Cuando mis ojos se acostumbraron a las sombras, pude comprobar que unos pasos más adelante se acababa el bosque, comenzaban unos pastos y, después de ellos, unas montañas. Edward era mis ojos, me decía cuando había un obstáculo para esquivarlo. Atravesamos el pasto, la luz de un rayo que abrió el cielo en dos me dejó ver las montañas que teníamos en frente. Nos adentramos en la arboleda.

- Bueno, Lluna, hasta aquí puedes llegar andando, ahora me encargo yo. –Volvió a ofrecerme otra sonrisa que me dejó de nuevo aturdida.- Antes de continuar, me gustaría preguntarte una cosa.

- Dime.- Dije apresurada, quería ver ya a Jacob, aunque no tenía ni idea que le iba a decir para convencerlo para que se quedara a mi lado.

- ¿Quieres continuar con esto?, quiero que sepas que te expones a ciertos riesgos al estar cerca de nosotros. Por lo que he podido descifrar de tu mente, he entendido que tienes dudas sobre nuestro plan. Lluna, no estás obligada hacer esto si no quieres, puedes decidir.

- Edward, mi decisión es que quiero estar con Jacob, él es mi… todo, no sé, no sé cómo explicarlo, pero sin él estoy perdida en este mundo.

- ¿Entonces de qué dudas?, no logro entender tu mente. – Me preguntó Edward confuso.

- Lo que no quiero es poner en peligro a nadie por mi causa, no soportaría que os castigaran los Vulturis. – Dije con lágrimas en los ojos al pensar la idea.

- Lluna, eso no va a pasar, estaremos alerta para que no ocurra. Toda la familia está de acuerdo para seguir con este proyecto. Jacob forma parte de nuestra familia y, para nosotros, lo más importante es conseguir que todos los miembros estén felices. No tenemos ninguna duda que la felicidad de Jacob es estar contigo. Pero la que no tiene que tener ninguna duda eres tú.

Ahora que sabía que todos los Cullen estaban a favor de la idea, me sentí más tranquila. Si ellos, que ponían su vida en juego, no tenían ninguna duda de que el plan iba a funcionar a la perfección, me sentí con todas las fuerzas necesarias y más para seguir adelante.

- Edward, nunca en la vida he estado más segura de algo, quiero estar con Jacob.

- Pues entonces no hablemos más, sigamos con la búsqueda del fugitivo. –Dijo entre risas y agachándose para poderme subir en su espalda.

- ¿Me vas a llevar? – Le pregunté abochornada.

- ¿No pensarías andar monte a través hasta encontrarlo?, al paso que llevas llegaríamos tardísimo. Además, se aproxima una tormenta. ¿Te da miedo que un vampiro te lleve de paseo por el bosque?, no voy hacerte nada descortés – Dijo con una sonrisa picara.

- ¿Miedo, yo?, si me hicieras algo, primero Bella te daría una paliza por haberla engañado y, luego, Jacob, te remataría por hacerme daño. Creo que él que sale perdiendo eres tú. – Le contesté chulesca.

- ¿Y no tienes miedo que beba tu sangre? – Dijo con voz tenebrosa cortando las distancias que nos separaban. Su pose amenazadora me acongojó, pero en su mirada pude reconocer que estaba bromeando.

- Creo que el resultado sería el mismo.

- Me parece que sí. –Dijo tomando de nuevo una actitud relajada- Es hora de irnos, Bella no va a tardar en encontrar a Jacob y, antes de que él decida marcharse sin escucharte, debemos estar allí. – No me dio tiempo a contestarle, me cogió por los brazos y en un movimiento rápido me encontré subida a su espalda. – Ahora, sujétate bien fuerte y no abras los ojos; si te mareas, dímelo y paramos. Si no puedes aguantar, te agradecería que no me vomitaras en la espalda, no es muy agradable.

- Vale, cuando quieras. – Le contesté con la voz temblorosa, escondiendo la cabeza en su espalda y cerrando los ojos.

Sabía que Edward estaba andando deprisa, por como sentía mi pelo volar por el aire. En ningún momento parecía que me estaba llevando en su espalda y estaba corriendo. No escuchaba nada extraño, ni sus pasos, ni ruidos en el bosque… Me moría de ganas por abrir los ojos y ver a qué velocidad íbamos, pero sentí miedo por los mareos y todavía no sabía que le iba a decir a Jacob para convencerlo para que se quedara.

- Edward, ¿crees que Jacob decidirá quedarse?

- No lo sé, todo depende de lo que le digas.

- ¿Y qué se supone que le voy a decir?, el otro día fue muy firme con su decisión, aunque le dolió muchísimo dejarme, estaba seguro de lo que hacía.

- El está seguro en proteger tu vida del ataque de los Vulturis; lo que no está seguro, y creo que pueda, es en alejarse de ti. No puede Lluna, lo ha intentado y no puede. Le come por dentro esa inseguridad.

Jacob había intentado alejarse de mí pero, con toda su voluntad, no lo consiguió. Igual que yo intenté seguir con mi vida y fue un fracaso.

- ¿Qué debo hacer para convencerle?

- Muéstrate firme con tu decisión, hazle ver todo lo que sientes. Va ser difícil que lo consigas Lluna, no te voy a engañar, está muy testarudo con lo de tu seguridad. Sé cómo se siente, no sólo porque puedo leer sus pensamientos, sino porque yo me sentí igual una vez. Era estar con Bella por mi interés, por mi egoísmo de no poder vivir sin ella, o separarme de mi amor por su seguridad. Fue la decisión más dura que jamás he tenido que tomar, no fue nada fácil. Al final me quedé a su lado, porque sabía que mi existencia no tenía ningún sentido lejos de ella.

- Me gustaría que él pensara lo mismo.

- Y lo piensa, por eso se está odiando.

Me quedé en silencio, pensando en todo lo que me había dicho Edward. Jacob lo estaba pasando mal, no podía vivir sin mí, ni yo sin él. Sabía que nuestra relación no iba a ser nada fácil, siempre escondiéndonos de los Vulturis.

- Edward, ¿a qué clase de castigo nos enfrentaremos si nos descubren? –Le pregunté apretando fuerte mis ojos cerrados. Moría de curiosidad por abrirlos y ver a qué velocidad íbamos.

- En el caso que nos descubrieran, podrían tomar dos decisiones; una, sería matarnos a todos por quebrantar las normas y, la otra, sería pagar nuestra falta de respeto a las leyes con tu vida convirtiéndote en vampiro.

No me esperaba esa última respuesta, de la impresión que me dio abrí los ojos como platos, no me podía imaginar convertida en un vampiro viviendo toda la eternidad junto a Jacob. Pero, más me impresionó lo que vieron mis ojos; pasábamos entre los arboles a gran velocidad. Edward zigzagueaba entre los matorrales del bosque sin ninguna dificultad.

- ¿Lluna, estás bien? Tú corazón se ha disparado de ritmo. ¿Te da miedo la idea de convertirte en vampiro?

- La verdad, no me imagino convertida en un vampiro.

- Tranquilízate, eso no tiene por que pasar. No temas, estaremos a tu lado protegiéndote para que eso no ocurra. Ponte la capucha de la chaqueta, no tardará en llover.

Hice lo que me dijo, a los pocos segundos comenzó a llover, los rayos seguían haciéndose presentes con más frecuencia. Seguía con los ojos abiertos, hipnotizada con el paisaje que estaba viendo, dejábamos los arboles atrás a velocidad vertiginosa. Uno de ellos pasó a escasos dos centímetros, di un respingo, intenté disimular con tos el pequeño grito de espanto.

- ¿Qué pasa, Lluna?, ¿quieres que dejemos el plan?

- ¡No, no! Es que tengo los ojos abiertos y acabo de ver un árbol casi estampándose en mi cara.

- ¿Se puede saber por qué haces tal estupidez? No tenemos tiempo para pararnos y esperar que te recuperes de la fatiga si quieres ver a Jacob. Bella está a punto de encontrarse con él. Cierra los ojos y traga saliva. – Dijo en tono autoritario.

- No pienso cerrarlos. – Le dije molesta por sus advertencias.

- ¿Te gusta la sensación de mareo?

- No estoy mareada. Lo que pasa es que me gusta saber por dónde voy. –Le contesté sacando la cabeza por el hombro de Edward.

Me pareció alucinante lo que vi. Edward esquivaba los obstáculos como si nada. La sensación era parecida a cuando vas en coche y miras pasar el paisaje por la ventanilla. Mientras estuve con la cabeza apoyada en su espalda no lo pude notar pero, ahora, que veía por dónde íbamos, me daba cuenta como encorvaba todo su cuerpo para poder pasar entre los densos matorrales.

- Edward, esto es... in-cre-i-ble. – Dije articulando cada monosílabo de la palabra para hacerle notar mi fascinación.

- Si esto te lo parece, no te puedes ni imaginar lo que es ir a máxima velocidad. – Dijo fanfarreando de sus habilidades.

- ¿Y a qué velocidad puedes ir? – Le pregunté por curiosidad, pero se pareció más a un reto.

- No te la puedo mostrar, no creo que tu cuerpo humano pudiera soportar tanta presión.

- Sólo un poco más rápido, así llegaré antes para hablar con Jacob, aunque no tengo ni idea que le voy a decir para convencerlo de seguir con el plan, pero ardo en deseos en verlo.

- Eres una temeraria. Jacob va a matarme por hacer esto, ¡sujétate fuerte! – Dijo cruzándome los brazos en su cuello y agarrándome por los codos.

Edward aumentó la velocidad el doble aproximadamente. Del retroceso, mi cuerpo fue separándome de la espalda de Edward. Para sentirme más segura me pegué aun más a su cuerpo cruzando las piernas en su abdomen. Los árboles del bosque y toda la vegetación se convirtió en borrones negros. El aire hacía que llorara y me escocieran los ojos. El agua de la lluvia me estaba calando hasta los huesos, estaba helada y el contacto gélido del cuerpo de Edward no me estaba ayudando. Su pelo, a causa del aire, bailaba por mi cara, dejando un aroma embriagador, aturdiéndome. Hizo confundir mi conciencia y la dejó atrás con el aire. Mis ideas eran como si estuvieran desordenadas. Su olor penetró hasta el fondo de mi subconsciente, haciéndome dejar la preocupación de la inminente conversación con Jacob de lado. Ahora sólo deseaba verlo, estar con él, oír su voz, oler su aroma, volver a notar su calor que tanto necesitaba, igual que sus besos. Todos mis sentidos urgían de él. Jacob, en pocos días, se había convertido para mí como un fármaco para una persona que tiene una enfermedad crónica. Jacob era mi vida, sin él, estos días no fui nada, creo y hasta puedo afirmar que no podría ser nada en un futuro.

Mi mente salió de la confusión cuando Edward me dijo que Bella estaba con Jacob y le contaba que yo iba de camino. Un gran aullido retumbó en las montañas, un aullido de lamento que se clavó en mi corazón.

- Como no puedas convencerle para que se quede contigo, Jacob me matará por exponerte a tantos peligros.

- ¿Crees que querrá escucharme? – Le pregunte atemorizada.

- Escuchar tu voz, créeme que sí. Lo que no estoy tan seguro es que quiera escuchar lo que le vas a decir.

Edward descendió la velocidad gradualmente hasta llegar a pararnos. Liberó su agarre de mis brazos, yo deshice mi agarre dejando caer las piernas al suelo. Me tambaleé un poco, Edward tuvo que sujetarme para no caer al suelo, mis piernas estaban entumecidas de hacer tanto esfuerzo. Cuando recuperé el equilibro, estiró de mí con delicadeza haciéndome caminar.

Según me iba acercando escuchaba unos gruñidos feroces que me hicieron estremecer, recordé la fobia que tuve a los perros cuando era pequeña. Sus gruñidos se parecían a los que años atrás retumbaban en mi mente. A los 6 años, me perdí por el bosque y un perro salvaje me atacó, dejando todavía hoy, una señal en la cadera. De siempre había sido una gran amante del mundo animal, después de aquello les cogí fobia, pero con el tiempo fui perdiendo el miedo y volviendo a ser la misma apasionada por los animales. Pero un lobo gigante no sé si lo podría soportar.
Con cada paso que daba, los gruñidos se fueron convirtiendo en lamentos. Un lamento que me conmovió. Estaba alterada por ellos. Cada vez se escuchaban más cerca y fuertes. Los llantos de aquel lobo estaban atormentándome, y eran de Jacob. Con cada lamento me trasmitía descargas de dolor a mi corazón. Jacob estaba sufriendo, sentí una gran urgencia por consolarlo. La luz de un rayo nuevamente me dejó ver un poco más lejos, por pocos instantes, pude observar como una figura enorme se movía nerviosa a pocos metros. Un gruñido salvaje se escuchó allí. Me aferré al brazo de Edward, un movimiento en busca de protección. Estaba aterrorizada porque tenía a un lobo gigante a poca distancia, aún sabiendo que era Jacob, me estremecía la idea. Escuchaba como el gran lobo cogía aire nervioso y lo escupía en forma de gruñidos. Me abracé totalmente a Edward. Era una reacción ilógica, me aferraba al cuerpo de un vampiro para aliviar el miedo que sentía a un lobo gigante. Edward me cogió por los hombros para que me tranquilizara.

- No es contigo con quién está enfadado. No tengas miedo, no te va hacer nada. – Cuando Edward dijo esto los gruñidos se convirtieron en lamentos.

Se clavaba en mi corazón cada quejido que daba aquel gran lobo. Me estremecí de dolor, el mismo dolor que estaba pasando Jacob. Me sacudí de los brazos de Edward, quería salir corriendo para mitigar aquellos lamentos. Edward me paró en seco.

- ¡Espera!, Jacob va a transformarse para hablar contigo. – Dijo animado.


La lluvia comenzó a bañarme en torrente. Estaba empapada, del pelo me caían gotas de agua en los ojos. Abracé mi cuerpo con la intención de calentarlo. Entre las sombras de la noche pude ver cómo se movía una silueta; conforme se acercaba, vi que era Bella y, detrás de ella, otra sombra, deduje que ese era Jacob y salí corriendo en su búsqueda. Cuando estuve enfrente, me lancé a él, sujetándolo bien fuerte, en un intento desesperado de aferrarlo. Todo Jacob estaba temblando. Mis sollozos se unieron a los suyos cuando me abrazó.

- Lluna, no deberías estar aquí, además estás empapada. – Dijo con la voz echa un nudo.

Con una mano desabrochó la cremallera de la chaqueta y la abrió. Me pegó a su pecho. Que estuviera sólo vestido son un pantalón corto y el pecho desnudo, ayudó a que entrará fácilmente en calor. Pegué todo mi cuerpo al suyo, no sólo para refugiarme del frío, sino porque también necesitaba del calor de Jacob, mi cuerpo pedía de él. Jacob me pegó más a él, sentí como sus puños se cerraban fuertes detrás de mi espalda. Comenzó a convulsionar violentamente; en un temblor que me sacudió, se separó de mí.

- Debes irte, no puedes estar cerca de nosotros. Ahora te llevaran a casa.

- No, no puedo irme, tengo que explicarte, los Cullen tienen un pl… - No dejó que terminara de hablar.

- Es un estúpido plan, saldrías herida o muerta.

- Eso no es verdad, puede funcionar, ellos están muy convencidos que todo saldrá bien.

- No pienso arriesgar tu vida por egoísmo de retenerte a mi lado.

Las cosas no estaban yendo bien. Jacob rechazaba mi abrazo cada vez que intentaba acercarme a él.

- Jacob, te necesito. No puedo imaginarme un futuro donde tú no existas.

- Ninguno de los dos existirá si seguimos con esto Lluna. Debemos separarnos para siempre. – La última frase retumbó en mi cabeza dejándome confusa, no sabía con que contestarle para hacerle entrar en razón.

- ¡Jacob, te quiero!

- Yo también y, por eso, debemos estar separados. – Dijo entre lágrimas.

- Eso es totalmente absurdo – Le dije dando un paso hacia atrás y mirándolo a la cara, apartó su mirada.

Su aspecto era espantoso. Tenía unas grandes ojeras que hacían ver sus ojos hundidos y muy oscuros.

- La absurda eres tú por querer seguir con esto, debes irte ya a casa. – Dijo a la defensiva.

- ¡No pienso irme a ningún lado sin ti! – Le dije furiosa, mi cuerpo reaccionó tambaleándose, pero saqué fuerzas para mantenerme en pie.

Jacob comenzó a convulsionar más fuerte, apretaba fuertemente los puños en los costados. Su respiración era rápida.

- ¡Lluna aléjate de mí, no quiero verte nunca más! – Dijo con voz autoritaria.

- Eso no es cierto – Le dije en un intento desesperado para no creerme sus palabras.
–Yo no puedo estar separada de ti, ni tú de mí.

- Una vez ya sobreviví y lo volveré hacer. Tú eres fuerte Lluna, lo conseguirás, lo sé.

- Tú no sabes nada.

- Sé que ya pasé por esto cuando se fue Nessie, y lo volveré hacer. – Dijo con la voz rota.

- ¿Eso significo para ti?, ¿una imprimación más? - Le dije con odio.

- ¡Si pensando eso te es más fácil olvidarme, piénsalo! – Dijo furioso dándome la espalda y alejándose a grandes zancadas.


Quedé inmóvil, paralizada por la fuerza de sus palabras. Mi mente no reaccionaba, se negaba a admitir la idea que Jacob me dejaba para siempre. Mi cuerpo se negaba a sentir lo mismo que los días posteriores a su partida. Necesitaba de él, mi cuerpo helado requería de su calor para seguir funcionando. Tambaleándome fui corriendo por donde él se había alejado. Mis piernas no reaccionaban y se doblaban con cada paso que daba. Aunque necesitaba aire para poder respirar, mis pulmones no me dejaban, el dolor que sentía en el pecho no se lo permitían. Perdí su rastro, paré en seco para poder ver mejor, la vista la tenía nublada por la lluvia. Solo oía las gotas de agua chocar contra el suelo, no escuchaba los pasos de Jacob ni de nadie por ningún lado. Desorientada, giré sobre mí; en ese instante, perdí la consciencia y caí desplomada al suelo. Aún estando en un estado inconsciente, podía seguir sintiendo el dolor del corazón, el frío calaba más hondo en mi cuerpo, llegando hasta él, congelándolo.





Hola chicas, espero que os haya gustado el nuevo capítulo. Como siempre espero sus comentarios para saberlo.
He creado un nuevo apartado en el blog “Reflexiones & Pensamientos”, pasen y descubran lo que se esconde detrás de ese título.


Mil beSos, abrazos y gracias por todas las visitas y comentarios.
Saludos Áuryn



EN EL PROXIMO CAPITULO DE LAGUNA NOCTURNA......

- La partida. POV Jacob:

La dejé dando grandes zancadas hasta donde me permitió mi cuerpo. Llegó un punto donde las cuerdas que me atan a ella no me dejaron avanzar más, el mismo dolor en el pecho lo volví a sentir, impidiéndome respirar. Me escondí detrás de unos arbustos, esperando que dejara de buscarme, se marchara, y yo pudiera transformarme para poder seguir con mi partida. Lluna se paró a pocos metros, aguanté la respiración para que no me escuchara, lo que sí que escuché fue como se desplomó en el suelo.
Salí de mi escondite y corriendo me acerqué a ella, estaba empapada y helada de frío, su piel estaba bien pálida. Su corazón iba muy despacio, sentí miedo de perderla para siempre. Edward y Bella aparecieron enfrente nuestro, él se agachó e intentó cogerle la mano, le impedí esto, ahora que Lluna estaba débil serían capaces de hacer cualquier cosa para que no se fuera, incluso convertirla para que no tuviéramos problemas con los Vulturis.

5 comentarios:

  1. alucinante!!!!
    me come la intriga,q pasara con lluna y jacob????
    me encanto, no aguanto astael proximo!!!
    besos

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  2. me encanta este capitulo y el proximo pita bien estoy deseando que llegue el proximo viernes para leerlo besos

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  3. Hola!
    ooooo! que capítulo! tengo que decir que jacob es cabezón, muy cabezón jajaj pero todo lo hace por lluna, y aunque los dos están sufriendo.. es muy romantico! :)
    escribes genial, me encanta como transmites todos esos sentimientos
    estaré esperando el próximo con muuuuchas ganas =D
    T'estimuuuu molt, ja ho saps! =D

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  4. ay nena!!!! el capi esta increible!!!!perdon por la tardanza!!ah...y avisame nomas cuando tengas listo el sgte q muero por leerlo!!Besotes!!

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  5. me ha encantado. es magnifico. ha estado excepcional.escribes genial,no cambies nunca

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