lunes, 30 de mayo de 2011

26. Linea fronteriza

Durante el trayecto a la Push estuvimos hablando sobre qué me habían parecido Charlie y Sue. La verdad es que me parecieron una pareja muy simpática, donde se veía a distancia que entre ellos dos no tenían muchos temas en común; Sue, era una mujer muy entrañable y cercana, por el contrario, Charlie, era un hombre poco afectuoso y distante. Ellos sólo tenían posiblemente un tema en común que era que se amaban y, con eso, ya hacían una gran pareja.

- Sue, te quiere mucho. – Le dije afirmando lo que hacía un momento acababa de presenciar.

- Sí. La he tenido preocupada durante mucho tiempo a causa de mi falta de noticias, se ha alegrado mucho al verme. Espero que la manada me reciba de igual forma.

- ¿Por qué no se iban a alegrar?

- Es complicado. – Dijo, cambiando su semblante a uno preocupado- Soy un prófugo, abandoné a mi manada como un cobarde. Soy un licántropo y debo proteger al poblado de cualquier amenaza, en vez de hacer eso, me fui como todo un traidor al bando enemigo. - Su voz fue menguando hasta que calló.

Como toda una estúpida me quedé callada sin saber que decir. Quería ayudarle, que se sintiera mejor, pero no sabía cómo hacerlo y, mi silencio, no le iba a ayudar.

Jacob giró el volante y salió de la carretera, estacionando el coche en la calzada, cerca de un puente donde cruzaba un rio. Dejó caer la cabeza en el volante y fijó la mirada en sus rodillas. Me quité el cinturón y me arrimé a él, apoyando la cabeza en su brazo y acariciando su pelo; si no sabía que decirle al menos quería que el sintiera todo mi apoyo.

- No sé lo que ellos piensan acerca de mí; me verán como un desconocido, un intruso, un estafador…

- Yo no he visto que Sue te sintiera de esa forma. Lo que sí he podido apreciar es que la tenías muy preocupada y se ha alegrado muchísimo al verte. Estoy segura que los demás te recibirán igual, “la familia es la familia” – Le dije haciéndole una mala imitación del padrino la cual hizo que se le escapara una pequeña risa.

- Vas a tener que ayudarme para que no piensen que soy un traidor. – Dijo incorporándose en el asiento.

- Ya sabes que tienes toda mi ayuda. ¿Qué tengo que hacer? – Le pregunté sintiéndome útil por fin.

- Necesito que te vean conmigo para que confíen en mí y sepan que aún respeto a la raza humana.

- ¿Tan desconfiados son?

- Si yo fuera Sam, no me fiaría de un tipo que ha estado rondando con vampiros durante tanto tiempo.

- ¡Pues a qué estamos esperando! – Dije animada.- ¿Necesito ponerme algún tipo de letrero identificador donde ponga la especie a la que pertenezco?, nombre: Lluna, sexo: hembra, especie: humana. – Le dije consiguiendo que se riera de nuevo.

- ¡Anda, vamos homo sapiens! – Contestó divertido, me besó y salió del coche.


- ¿Qué hacemos aquí?– Le pregunté cuando salí afuera con él.

Nunca había estado en la Push pero dudaba que ya estuviéramos, pues no había señales de que hubiera rastro de población cercana.

- Estamos en la línea fronteriza, antes de pasar quiero certificar que vamos a ser bien recibidos.

Comenzamos adentrarnos en el bosque, fuera del alcance de cualquier mirón. A Jacob se le veía nervioso, por su boca no salía ninguna palabra y, estoy segura, que era porque su mente no paraba de pensar en lo que iba a pasar a continuación, haciéndose múltiples hipótesis. Estos silencios tensos me incomodan bastante y sus comeduras de olla también, lo que tuviera que pasar pasaría y, por más que le diera vueltas a la cabeza, no solucionaría nada, es más, le pondría más nervioso.

- ¿Tienes manada? – Le pregunté, no sólo por romper el silencio, sino porque hacía rato que me rondaba esa pregunta.

- No, ya no. Desde que Ne… desde que e… -comenzó a tartamudear a causa del dolor que le trasmitía esos recuerdos, le di un apretón en la mano y una mirada llena de coraje para darle valor y que continuara hablando, funcionó y pudo seguir.- Cuando las cosas comenzaron a no ir bien, yo no tenía fuerzas para lidiar con mi vida y, menos, para ser el Alfa de una manada, así que denegué de mi cargo y las dos manadas se juntaron.

- ¿Así que ahora estás bajo las órdenes de Sam?

- Sí –contestó sin muchos ánimos- por una parte está bien, no tener que mandar a nadie y esas cosas. – Dijo, parecía que había dejado la frase inacabada.

- Pero… - Se paró y me miró.

- ¡Me conoces demasiado bien! – Exclamó divertido- Odio que me den ordenes, la sensación de no poder decidir tus actos, el estar obligado a seguir a alguien… -le entró un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, sacudió la cabeza, pasó su brazo por mis hombros y continuamos con la marcha.

Llegamos a un pequeño claro, Jacob paró y comenzó a coger aire por la nariz, pensé que estaba respirando para tranquilizarse, luego me di cuenta (por como cogía aire y movía su cabeza despacio en todas direcciones) que lo que estaba haciendo era rastrear con el olfato.

- No están cerca, tendré que transformarme para poder comunicarme con ellos.

- Eso quiere decir que van a venir unos lobos gigantescos hasta aquí. –Le dije nerviosa.

Había superado mis miedos a los canes gracias a Jacob, lo que no estaba segura era si podía resistir mi miedo habiendo más de un licántropo a mi alrededor.

- Si no te sientes bien con esto puedo acompañarte hasta el coche y te esperas allí hasta que haya hablado con ellos. – Me dijo en plan “coñazo” protector.

- Tranquilo, estaré bien, no te preocupes, vamos a solucionar este problema juntos, soy tu prueba A, tu homo sapiens. – Parloteé a causa de los nervios. Le di una sonrisa tranquilizadora la cual no le convenció mucho.

- ¿Estás segura?

- Estoy segurísima, voy a estar bien, no te preocupes por mí.

- Venga, vamos al coche, ya buscaremos otra solución. –Dijo cogiendo mi mano y arrastrándome por donde habíamos venido.

- ¡No! –le dije seria, parándome en seco.- No eres el único a quien no le gusta que le den órdenes. Vamos a seguir con lo que habías planificado –fue a recriminarme, pero no le dejé- y no se hable más.

Se cruzó de brazos y me miró enfadado.

- Bien, como tú quieras, luego no quiero reclamaciones de ningún tipo.

Comenzó a quitarse las ropas, no sé si me dijo algo más relacionado con mi seguridad o no, quedé embobada viendo su hermosa desnudez. Me entregó las prendas que se acababa de quitar y se distanció unos metros. Cuando su cuerpo comenzó a convulsionar cerré los ojos, ver como se transformaba era una cosa que todavía no había asimilado. Los abrí lentamente, acostumbrándome a la visión que tenía ahora delante. Jacob lentamente se acercó y en sus gestos y mirada lupina pude entender un “ya te lo advertí”.

Jacob se tensó e irguió sus orejas puntiagudas. Se apartó de mi lado, levantó su cabeza y aulló fuerte, su aullido rebotó en mis tímpanos. A los pocos segundos otro aullido se escuchó en la lejanía, el cual respondió de igual forma. Se distanció más y comenzó a moverse de lado a lado nervioso, meneando su larga cola peluda.

Los aullidos desconocidos comenzaron a escucharse más cerca, con más fuerza. Fijé mi vista en donde procedían, pocos segundos después las copas de los arboles que habían más allá comenzaron a moverse, al instante vi un borrón marrón como se lanzaba encima de Jacob.

Quedé paralizada por el pánico, no podía respirar ni hablar, ni gritar, el estomago comenzó a revolverse. Los dos lobos estaban revolcándose por el suelo, poniendo sus grandes pezuñas uno encima de otro. No podía apartar mi vista de ellos, quería ayudar a Jacob, ese lobo le estaba dando una paliza. El plan no estaba resultando nada bien, iban a matar a Jacob y, seguramente, luego a mí. Quería parar la pelea, salvar a Jacob, pero iba ser imposible que pudiera luchar yo con ese gran lobo de color marrón oscuro. Cavilando planes para frenar la lucha, buscando puntos por donde poder atacar, aunque fuera tirándole piedras, me di cuenta que no estaban peleando, se estaban saludando. Fue entonces cuando fui capaz de volver a respirar.

El “saludo” cada vez fue volviéndose menos efusivo y parando de revolcarse por los suelos, dejando de destruir toda la vegetación que se encontraban al paso. Jacob me miró y el otro lobo dio un salto, se puso en pie en sus patas traseras, después dejó caer sus pezuñas delanteras al suelo, quedando de nuevo a cuatro patas, y me miró. Jacob comenzó a gemir muy suave y se acercó en donde yo estaba, pude leer su preocupación en su mirada, el otro lobo alzó sus cejas. Cuando Jacob estuvo delante de mí me sentí más segura, rozó su morro en mi brazo y acaricié su cabeza, dándole a entender que me encontraba bien (aunque el susto todavía no me lo había quitado de encima). Jacob giró su cabeza hacia atrás gruñendo, puso su lomo delante de mis narices, tapándome la visión. Gruñó más fuertes en plan defensivo. De nuevo dejé de respirar, quizá el otro lobo no se fiaba que yo fuera humana, que todo esto fuera una estrategia para atacarlos. Poco después, cuando escuché la cremallera de un pantalón subirse, entendí que lo único que estaba haciendo Jacob era que no viera como se trasformaba el otro licántropo en su cuerpo humano y lo pudiera ver desnudo.

Escuché como unos pasos apresurados se acercaban en mi dirección, giré mi cabeza a la derecha pues delante de mí sólo veía el pelaje marrón rojizo de Jacob. Allí, parado, me encontré a un chico alto y musculoso. Quizá no era tan alto como Jacob, pero sí que sus hombros eran más anchos y sus músculos más desarrollados. Jacob comenzó a dar pequeños gruñidos.

- Que sí, que sí, Jacob, tranquilo. – Le dijo el chico mientras le palmeaba el lomo.

- ¿Le has entendido? – Le pregunté intrigada. Si era así, debía de enseñarme la formula.

- No, pero le doy la razón como los locos para que deje de refunfuñar. – Dijo divertido, dando una gran carcajada que se unió con el aullido de Jacob. – Hola, yo soy Quil Ateara.

- Encantada, yo soy Lluna. – Le dije estrechándole la mano y, de nuevo, escondiéndola debajo de las ropas de Jacob que tenía sujetas para que no se notara el temblor de mis manos.

No hacía falta que me dijera que él también era un licántropo, aunque no le hubiera visto transformado hace instantes en un gran lobo, su elevada temperatura corporal le delataba.

- ¡Vaya, Jacob! Cada vez te las buscas más guapas. ¡Si es que estás hecho todo un galán! –Le dijo dándole un manotazo en el trasero que le movió del sitio.

Terminado que Quil dijera esto y Jacob le respondiera con un aullido parecido a una risa se comenzaron a escuchar en la lejanía otros aullidos, puse atención y escuché que eran de dos tipos diferentes, eso quería decir que otros dos grandes lobos se dirigían a nuestro encuentro.

- Sam me va a dar un par de mordiscos bien merecidos –dijo Quil nervioso- Lluna, date la vuelta, no quiero que Jacob también me muerda porque me veas desnudo.

Hice lo que me dijo sin rechistar, di media vuelta y cerré los ojos, a los pocos segundos escuché como a los aullidos lejanos se unían los aullidos de Jacob y de Quil, fue entonces cuando abrí los ojos y me giré. Quil se había posicionado delante de Jacob, con una separación de unos 4 metros aproximadamente, se miraban nerviosos. Allí, entre medio de ellos dos, seguro que se encontraba la línea divisoria.
Las copas de los arboles de delante comenzaron a moverse y, esta vez, era diferente a cuando había parecido Quil. Ahora se acercaban dos grandes lobos a marcha lenta, desconfiados. Uno de ellos era muy grande, casi tanto como Jacob y de color negro. El otro lobo era un poco más pequeño y de pelaje gris muy oscuro.

Los dos recién llegados se posicionaron junto a Quil, le dieron un fuerte gruñido amenazador el cual respondió con un gemido de disculpa, agachó la cabeza y se sentó. Los dos lobos fijaron la vista en mí, con los ojos entrecerrados, con recelo. Jacob respondió a esto con un gruñido tremendo, enseñó los dientes y se puso en posición de ataque. El gran lobo negro y el otro gris oscuro le respondieron de igual forma. Mis ojos se abrieron como platos, iba a presenciar una pelea, una gran pelea. Estaba muerta de miedo, y no sólo por la pelea, sino porque iban a hacer daño a Jacob. Eran tres contra uno y yo no podía hacer nada, ¡menuda ayuda era la mía!

Estaba paralizada, las ropas que tenía en las manos cayeron al suelo, no fue hasta ese entonces que no me había percatado que había dejado de respirar. Jacob me miró asustado, deshizo su posición de ataque y a paso lento vino a mi lado, se sentó y me abracé a su cuello, buscando protección y protegiéndole a él. Su respiración estaba muy agitada y no paraba de soltar bufidos seguido de más gruñidos. Si nos atacaban, primero me llevarían a mí, no podría presenciar una lucha con el final de su muerte, no podría resistir verlo sufrir, no podría vivir sin él aunque sólo fueran unos segundos antes de que acabaran con mi vida.

Jacob y Quil comenzaron a gimotear, entonces los gruñidos de los otros dos cesaron. Se hizo un silencio enorme, donde sólo se escuchaba la respiración de los lobos y mis intentos de coger aire. La respiración de Jacob, poco a poco, se fue relajando, lo cual me calmó ya que me daba a entender que las cosas iban bien, o no tan mal como antes. Fui capaz de volver a respirar a un ritmo normal aunque sería más acertado decir que fui capaz coger aire para no caer en una parada respiratoria.

Me concentré en escuchar los latidos del corazón de Jacob. Cada vez que escuchaba un aullido, un gruñido, o cualquier sonido lobuno que no perteneciese a los de Jacob cerraba más fuerte los ojos y me abrazaba más a su cuello. Suerte que mi fuerza humana no le hacía daño, sino creo que le hubiera estrangulado. De vez en cuando Jacob acariciaba mi pelo con su cabeza para tranquilizarme.

Se levantó un aire frío y húmedo, el cual me hizo estremecer y pegué todo mi cuerpo al suyo para entrar en calor. Dejé mi mente en blanco, no quería pensar en lo que estaba sucediendo, no quería ver si los otros lobos todavía estaban en posición de ataque. Me odiaba por el miedo que estaba pasando ahora mismo, por la inseguridad que no me dejaba actuar, pero no podía hacer nada, el pánico no me dejaba ni pensar. Mis pensamientos y todos mis sentidos estaban pendientes de Jacob; escuchando su respiración, los latidos de su corazón, el tacto de su pelaje, en su agradable olor…

Intentó zafarse de mi abrazo prisionero pero no le dejé, todavía no estaba preparada para lidiar con lobos gigantescos enfurecidos, mi miedo no me dejaba.
Al cabo de unos instantes, o lo que creí que era eso, Jacob me dio un lametazo en la cara que me hizo salir de mi trance. Abrí los ojos y sólo conseguí ver los ojos de Jacob que brillaban en la oscuridad de la noche. Salí de mi aturdimiento y me concentré en mi alrededor, saliendo del mundo que había creado donde sólo existíamos él y yo. No escuchaba nada, sólo a él. Lentamente me giré y vi que ya no había nadie, sólo oscuridad. Fue entonces cuando dejé marchar toda mi frustración con un gran llanto.

Las fuerzas me fallaron cuando desapareció toda la tensión acumulada. Caí de rodillas al suelo y me tapé la cara con las manos.

Cuando sentí las manos de Jacob que me sujetaban los brazos me lancé directa a su pecho. Lloré hasta quedarme sin lágrimas. Él acariciaba mi cabello en un intento de tranquilizarme pero no lo conseguía. Me sentía fatal por mi total ausencia de ayuda, idiota por haber actuado de esa forma tan cobarde. Hubiera querido cumplir con mi parte, intervenir de alguna forma pero el maldito miedo no me dejó.

- Siento mucho, Lluna, haberte hecho pasar por esto. –Susurró Jacob en mi oído con pena.

- Perdóname, he actuado como una idiota, inútil, cobarde…

Me apartó de su pecho y levantó mi barbilla con el pulgar. Intenté seguir disculpándome pero silenció mis labios con un dedo y limpió mis lágrimas con sus labios.

- Es completamente comprensible lo que has hecho. Deberías haber visto a Bella cuando nos vio aparecer por primera vez, salió por patas. Tú te has quedado, es todo lo que quería, es todo lo que necesitaba.

- Al menos, dime que todo ha salido bien.

- Todo ha salido a pedir de boca. En un principio Sam se pensó que era una trampa pero luego estuvimos hablando y… - Le corté su discurso.

- ¿!Hablando!? Pensé que querían pelea, pensé que iban a matarte.

- ¿!Matarme!? ¡Ja!, no me hagas reír. – Dijo en mofa.- Sólo estábamos discutiendo. Lo que pasa es que Paul se altera enseguida.

- ¿Entonces esos últimos lobos eran Sam i Paul?

- Sí, por cierto, la próxima vez que veas a Paul quizá se meta un poco contigo, pero tranquila, estaré yo allí para callarle todas sus tonterías.

- ¿meterse conmigo? ¿por qué? –Quise saber.

- Por cómo has actuado. – Cómo una cobarde pensé.

- No te preocupes, si la próxima vez que le veo no es como un lobo gigante sabré defenderme yo sola.

- Y si no es así, no te preocupes, le daré yo su merecido. Me he quedado con ganas de patearle su peludo trasero.

Terminado de decir esto Jacob se puso en pie y me ayudó a levantarme. Fue a vestirse; averigüé que era eso porque escuché como se subía la cremallera del pantalón y se enfundaba la camiseta, porque lo que era ver no veía más de dos palmos, la noche había caído encima de nosotros sin yo darme cuenta.

De camino al coche, Jacob me explicó como fue la conversación. En un principio, cuando Sam nos vio, se pensó que todo era un engaño para atacar el poblado (tal y cómo adivinó Jacob), después, cuando le contó quien era yo se alegró muchísimo. Ellos sabían que Jacob no les estaba mintiendo, pues al leerse sus pensamientos no era posible esconder ningún tipo de secreto.

Aunque ya no me sentía tan mal por haber sido una cobarde, todavía tenía esa espinita clavada. Me prometí que debía quitarme ese miedo de encima. Ellos eran licántropos como Jacob, aunque les hubiera visto transformados en lobos gigantescos seguían siendo personas y no iban hacerme ningún tipo de daño. Pensé en Quil; primero lo había visto en fase y luego como humano. Si volvía a encontrarme con ese lobo marrón debía de pensar en él como Quil y no como un feroz lobo. Igual que superé mi miedo con Jacob debía superarlo con los demás, aunque me llevara tiempo.

4 comentarios:

  1. ME ENCANTÓ!!!
    pobre lluna, si yo hubiera estado en su situación... dios!! no se q habría hecho!! xD
    estaré esperando ( hasta que vuelvas jajajaj) el próximo capítulo con muuuuuuuchiiiiiisiiiiimas ganas xDxD
    Un beso enorme!!! T'estimuuuuuuuuuuuuuu

    http://letrasdehieloyfuego21.blogspot.com

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  2. me a gustado mucho el capitulo y la verdad esque te echaba ya de menos besos

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  3. Mi niña tienes una increible imaginación.. me lo lei en un santiamen!!! Felices Vacaciones y aca esperare paciente tu historia!!! felicidades por tus buenas notas!!

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  4. De vuelta por estos lares.. espero que estes bien..

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