!Hola a todo el mundo!, aquí está el capítulo 7. Veredicto. Quiero comentarles que por fin ya tengo Banner (Sí les gusta la historia y quieren compartirla con más gente pueden poner mi banner en sus blogs) XD. Gracias MaRiia por ayudarme a crearlo, les recomiendo que visiten su blog; tiene grandes historias que seguro les gustaran: letrasdehieloyfuego21.blogspot.com/
Dejen comentarios en este capítulo, sus links para visitarlas y hacerles publi en mi apartado de afiliados. Gracias por todas las visitas y comentarios, me están alegrando cada día, espero no defraudarlas con la historia. Saludos Áuryn.
____________________________________________
- Lluna, Lluna, cariño, despierta.
Mi padre me llamaba. Me había quedado dormida en el sofá, estaba muy cómoda y se sentía muy bien el calor. El calor del cuerpo de Jacob. ¡Oh no!, me había quedado dormida con Jacob, y por los ronquidos que estaba escuchando, él también lo estaba. Intenté levantarme pero me fue imposible, Jacob me cogía por la cintura y era difícil desprenderme de su agarre.
- Tu madre y yo vamos a cambiarnos de ropa. A ver si, para cuando hayamos bajado, has hecho posible apagar esa máquina de ronquidos que tienes a tu lado.
Mi padre subió las escaleras riéndose. Miré a Jacob, se veía muy relajado y en un profundo sueño. Sus ronquidos eran muy fuertes, no entiendo como he podido dormir con ese ruido. Lo llamé pero no se despertaba. Lo volví a llamar. Tenía sus labios a escasos centímetros, tan apetecibles como esta tarde, deseaba besarlo. Con la yema de los dedos le toqué los labios, suaves, ardientes, y yo, ardiendo en deseo. Me apretó a su pecho, me estaba aplastando, costaba respirar.
- Jacob, Jacob despierta, no puedo respirar. – Se sobresaltó un poco y abrió los ojos.
- Perdona, ¿te echo daño?
- No, pero me gustaría tener un poco de espacio para poder respirar. –Liberó su agarre.
- Lo siento. ¿Nos hemos quedado dormidos? – Dijo estirando los brazos.
- Sí, y mis padres acaban de llegar a casa.
- ¿Qué dices?- me hizo a un lado y se puso en pié.- Esta no es manera de presentarse, yo aquí, dormido en tú sofá, ¿no me habrán visto? , ¿qué van a pensar de mí? – Se le veía nervioso.
- Tranquilo, creo que les has caído bien. Si no fuera así ya te habrían echado de casa este medio día, o ahora.
- Eso es buena señal.
- Intenta no pifiarla ahora en el interrogatorio. Mis padres te van hacer bastantes preguntas y, si quieres volver a entrar en mi casa, a ellos sí que les tienes que responder.
- Entendido, pondré cara de buen chico. Tengo mi cuartada bien aprendida, puedo responder a cualquier pregunta.
- Vale, pero quita esa preciosa sonrisa de tu cara si no quieres que mi madre se enamore de ti también.
- ¿Te tengo a ti enamorada? – Preguntó haciéndome presa entre el respaldo del sofá y sus brazos fuertes, marcándose todos los músculos en su camiseta. Tenía su cara muy cerca de la mía, cada vez era más difícil resistirse besar sus labios carnosos.
- Creo que se me nota bastante. Nunca antes había sentido algo tan fuerte por alguien.
- Espero que tú también percibas todo lo que siento por ti, aunque creo que es imposible. Es demasiado intenso, ni te lo puedes imaginar.
Su aliento dulce me hipnotizó deseando besarle. Apoyó su frente en la mía, rozó su nariz en mi pómulo, nuestros labios estaban separados por unos malditos milímetros. Cuando quisimos romper esa separación se escucharon unos pasos bajar las escaleras. Jacob resopló y se puso erguido. ¿Es que siempre nos tenían que interrumpir en estos momentos? Me levanté del sofá y fui a su lado, le cogí la mano. Los dos nos miramos sonriendo. Mis padres llegaron al comedor, era el momento de las presentaciones.
- Papá, mamá, este es Jaco… - Jacob dio un apretón en mi mano-, Jackson, él es Jackson. Jackson ellos son Manuel y Paloma, mis padres.
- Es un placer conocerles, señores.- Jacob les dio la mano a los dos sin soltar la otra de la mía.
- Para nosotros también es un placer conocerte, despierto. –Qué chistoso mi padre. Jacob se sonrojó- Es una broma muchacho, vamos a tomar asiento en el sofá.
Mi padre se sentó en el butacón, bueno su butacón, la espuma de éste ya tenía la forma de su cuerpo. Mi madre se sentó en la esquina del sofá más cercana a donde estaba mi padre. Yo me senté al lado de ella y Jacob a mi lado. Sus manos estaban sudorosas, estaba nervioso. Me giré a él y le guiñe un ojo, me respondió con una pequeña sonrisa.
Comenzó el interrogatorio, Jacob respondía pregunta tras pregunta. Las contestó sin ningún problema, se sabía su historia de memoria. Según pasaban los minutos se le veía más tranquilo.
Mi madre, como buena anfitriona, nos sirvió unos refrescos y algo para picar. Jacob bebió de un trago toda su bebida, tenía la boca seca de tanto hablar. Terminó el interrogatorio y comenzó la parte del respeto y la protección. En esta parte, Jacob se veía de acuerdo con todo lo que decían mis padres. Olga y Javier entraron a casa.
- Hola, he venido a buscar la bolsa de la ropa, me la he olvidado esta mañana. ¡Oh!, tenemos a un forastero en casa. Hola, soy Olga la hermana de Lluna y él es mi prometido, Javier. – Jacob se levantó del sofá y se presentó a ellos. – Qué, Jackson, ¿cómo llevas el interrogatorio?
- Bien, por lo que me había contado Lluna pensaba que iba a ser peor. – Todos me miraron.
- ¿Qué pasa?, esto es un poco incomodo para nosotros. Sino, que se lo pregunten a Javier, el pobre, cuando le tocó en su momento, tuvo que ir al baño a devolver de los nervios que estaba pasando.
- Pero no fueron los nervios, es que me sentó mal lo que estaba comiendo. – Nadie le creyó.
- Sí, claro, -le contesté- el medio vaso de agua que bebiste te empachó y te sentó mal.
Comenzamos a reír, la risa de Jacob era la que más se escuchaba. El tema de conversación pasó a tener como protagonista a Javier y su primer día en casa de los Rodríguez. La verdad es que su presentación en la familia fue de lo peor que he visto nunca.
Pedimos unas pizzas para cenar. Seguimos hablando de las cagadas que hizo Javier; cuando lo conocimos tiró el jarrón de la abuela rompiéndolo en mil trozos, derramó un vaso de agua en el sofá, vomitó en el lavabo varias veces y una más en la entrada de casa. Por suerte, con el paso de los años se fue sintiendo más cómodo y dejando de hacer destrozos en casa.
- Muchas gracias, familia, por invitarme a cenar, pero es muy tarde y me tengo que ir. Ha sido un placer conoceros a todos, despierto.
- El placer ha sido nuestro Jackson, vuelve cuando quieras, estas invitado. – Mi padre tenía una gran sonrisa en su cara, señal que Jacob le había caído bien.
Jacob se despidió de todos, le acompañé a la puerta, quedándonos solos.
- ¿Qué tal he estado?, nunca me había presentado a la familia de nadie.
- Perfecto, le has caído bien a todos. – Le contesté.
- Que sepas que mañana te tocará pasar un interrogatorio parecido con los Cullen. ¿Te paso a buscar a las… 12?
- Mejor a las 10, así no estamos tanto tiempo separados. –Odiaba la idea de estar lejos de él.
- Me parece una idea genial, entonces nos vemos mañana a las 10. – Me abrazó, y dio un beso en la frente. Me soltó y abrió la verja de casa.
- ¡Jacob, espera! – Le dije gritando. Si pensaba que se iba a despedirse de esa forma, estaba en un gran error. Cuando se dio la vuelta fui corriendo hacia donde estaba él. -Esta no es manera despedirse.
No le di tiempo a que reaccionara, le cogí por los hombros y me puse de puntillas para llegar mejor a sus labios. Cada vez que habíamos intentado besarnos nos interrumpían, pero ahora nada ni nadie iba a estropear este instante. Junté mis labios con los suyos muy despacio. Estaba deseando que llegara este momento. Le di un beso lento y suave, el cual él respondió. Sus labios sabían a las mil y una maravillas y estaban tan cálidos como todo su cuerpo. Nos separamos cuando noté que me estaba faltando el aire, maldito oxígeno. Aunque debía parar, si no, el beso se volvería más apasionado, y no era el lugar apropiado para montar una escena caliente.
- Esta sí que es una buena forma de despedirse,- Le dije. Jacob estaba con los ojos cerrados, no sé si me escucho- nos vemos mañana, que descanses. – Le di otro suave beso y me fui dentro de casa.
Cuando cerré la puerta saboreé los labios que todavía tenían el sabor de los besos de Jacob. Se escuchó un aullido en la callé, miré por la mirilla de la puerta, Jacob salía por la verja con una gran sonrisa. Fui al comedor, ahora tenía que escuchar el veredicto de mi familia.
- ¿Qué os ha parecido? –Les pregunté.
- Es encantador, – Respondió Olga, se levantó y me dio un abrazo- y guapísimo, disfruta de ese cuerpazo que tiene- dijo en mi oído.
- ¿Y tú, Javier?
- Opino lo mismo que tú hermana. – Olga y yo reímos a carcajadas, al parecer Javier se estaba volviendo gay.- ¿Qué he dicho tan gracioso?
Ahora tocaban las respuestas más importantes, las de mis padres. Con su aprobación todo iría bien. La aprobación de ellos era como dos pilares, si su decisión era firme podría construir un muro bien fuerte de confianza que sería muy difícil de derrumbar. Pero si los pilares se tambaleaban, el muro podría romperse con facilidad ante cualquier error. Si aceptaban a Jacob podría venir a casa de visita, salir con él, no pondrían horarios estrictos. Pero si ponían trabas a nuestra relación, me vería envuelta en una sobreprotección paternal, y esto era muy molesto; restricción de horarios, visitas, normas… Ya había pasado por esto con mis otras parejas, tanta protección llegaba agobiar.
- Papá, mamá, ¿Qué pensáis? – Por favor, que la aprueben, por favor.
Mis padres se miraron, entre ellos no necesitaban hablar con palabras, llevaban mucho tiempo juntos para saber lo que pensaba uno y el otro con sólo una mirada. Mi madre habló primero.
- Jackson es amable, educado, simpático y protector. Os veis muy enamorados. Creo que te va a cuidar mucho. – Le di un abrazo a mi madre. Había construido un pilar bien firme, ahora faltaba el otro.
- Gracias mamá, ¿Y tú, papá, que piensas? – Me senté en el reposabrazos de su butacón y le cogí la mano. Se le veía pensativo.
- Creo que es un buen chico. – Mi padre me sonrió con sinceridad, pero tenía la mirada triste. Besó mi mano.- Bueno, yo me voy a dormir que estoy agotado del baile. Buenas noches a todos.
Mis padres se fueron a dormir, Olga y Javier se fueron a pasar la noche en su futuro piso. Entré en mi habitación y encendí el ordenador. Miré el correo, tenía un mensaje de mis amigas preguntándome por Jackson, les respondí que hoy había venido a visitarme a casa, que nos estábamos conociendo y que mi familia le había dado el visto bueno (todo esto era cierto, sólo les estaba escondiendo la parte que él en realidad era Jacob Black y que todavía no me había explicado el motivo del porqué estaba aquí).
Cerré el correo y abrí la carpeta que contenía mi música preferida. Las canciones estaban clasificadas en carpetas por año, dentro de éstas estaban clasificadas por género, autor y preferencia. Mañana (bueno hoy, ya eran la 1:30 de la madrugada) le regalaría un Cd de música a Jacob, se estaba perdiendo un gran arte. No sabía que estilo le gustaba, sólo me dijo que hacía tiempo que no escuchaba música. Elegí canciones desde los años 80, que era la época en la que había nacido, hasta la actualidad. Descarté la música depresiva. Creo que me pasé poniendo canciones románticas. También puse grandes maestros de la música como Ray Charles, Frank Sinatra, Louis Armstrong… Cuando terminé de agrupar todas las canciones me di cuenta que no cabían en un CD (habían unas 300), me fue muy difícil eliminar la mitad para no sobrepasar la ocupación del CD. Cuando se grabó le puse una dedicatoria “La música es vida, y me gustaría escucharla contigo. Lluna”.
Mañana conocería a los Cullen, los personajes de la saga Crepúsculo y, a lo mejor, ellos me desvelarían algunas dudas. Ellos eran vampiros, ¿cómo se supone que debo actuar si no se porqué estaré allí? ¿Se abrían vuelto vampiros normales y querían mi sangre?, no, no creo, si fuera eso Jacob no habría dejado que fuera, ¿y si Jacob es el que busca alimento? Comida a domicilio, no creo, si fuera así no se habría tomado tantas molestias conociéndome y conociendo a mí familia. Lluna te estás montando una película de terror enorme en la cabeza. No quería pensar en mañana, sino me pondría nerviosa y me costaría mucho dormirme o no dormiría nada. Cogí el reproductor con los cascos y metí el Cd que acababa de hacer. Me fui a dormir escuchando las canciones que acababa de grabar. Espero que a Jacob le guste mi regalo. Toqué mis labios con la yema de los dedos, habían pasado horas del beso con Jacob pero todavía podía sentir el calor en ellos. Me imaginé como se sentiría todo ese calor por todo el cuerpo, sus manos ardientes tocando la espalda, los muslos, los pechos, mi entrepi… Vale Lluna para, deja tu mente calenturienta y concéntrate en la música, relájate y duérmete que es muy tarde. Y eso hice.
Espero que les haya gustado el capi. Quizá les pareció flojo pero ¿Qué me dicen del beso? El próximo les prometo que será genial; romantico, lemmon, divertido y muchas, muchas sorpresas.
ResponderEliminarjaja...que mente mas calenturienta, lluna!!!jaja
ResponderEliminarOlap! nena! todavía, no tengo, un barnner es que me paso visitando blogs que ni tiempo, peo cuando lo tenga te aviso!ah...ay nuevas historias en mi blog! Besos!
hola!!
ResponderEliminarwoow!! sisisi me encantó!!
ya quiero leer el próximo, esperaré el viernes para saber como reacciona lluna en casa de los cullen =D
de verdad nena, que me encanta como escribes, y que lo haces genial!!
un beso enorme, y espero q tengas una buena semana ^.^
Gracias Lauriii!!! (visitaré tu blog)y MaRia, un besote. Os quiero (que empalagosa estoy de buena mañana, esto es el madrugar que no me sienta nada bien)jejeje
ResponderEliminara mi me gusto mucho. meeencanto el beso mas que una piruleta. jajajaja. me encanta el cuerpazo de el, es impresionante. lo mas vergonzoso o lo mas gracioso depende de como lo penseis vosotros es cuando se ponen a dormir juntos en el sofa y el empieza a roncar. jajjajaa
ResponderEliminar